Se nos exige RESPONSABILIDAD a nosotros, los ciudadanos, el eslabón terminal y más débil.
Se nos exige que seamos “responsables” y que esa responsabilidad recaiga en vacunarnos con las vacunas “oficiales” contra el COVID19, precisamente unas vacunas de las que NADIE se hace responsable, NINGÚN GOBIERNO de los que las administra SE RESPONSABILIZA de sus posibles efectos secundarios nocivos.
NINGÚN LABORATORIO de los que las produce ni fábrica sé hace responsable de NINGÚN posible efecto adverso futuro ni mutación.
Ni siquiera los gobiernos aclaran a la sociedad cuáles de ellas darán y a quienes; unas vacunas cuestan 1,18€ y otras 18€ cada dosis, y no dicen ni cuáles nos pretenden inocular ni con qué criterios de salud o comerciales las han comprado los gobiernos.
Ninguno de ellos, ni laboratorios, ni gobiernos, ni entidades reguladoras de las normativas y plazos para poder producir, comercializar y administrar vacunas de manera masiva, se han comprometido a responsabilizarse de los posibles efectos adversos y nocivos que vendrán, y no sólo a corto o medio plazo. Y no es simplemente por ser agorero, sino que si con vacunas con procesos de estudio y producción de muchos años se producen reacciones graves y muertes, en estas vacunas por la vía rápida, las muertes y mutaciones existirán en porcentajes anormalmente altos. Sí o Sí.
Pero la responsabilidad pretenden que recaiga en nosotros, nuestros padres, hijos, hermanos o abuelos, inoculándose esas vacunas con efectos inciertos en sus organismos de las que NADIE se responsabiliza.
Vacunas con material genético en su composición, con lo que ello podría implicar a medio y largo plazo a nivel de posibles mutaciones.
Si no actuamos como corderos serviles y accedemos a vacunarnos nos considerarán como malos ciudadanos. Los medios de comunicación manejados por esos políticos incapaces de hacer públicos los inexistentes listados con los nombres nombres de esos supuestos sabios y expertos que han decidido por nosotros, por cuando salir y entrar y por cuando reunirnos Con nuestros amigos y familiares y a qué horarios. Con criterios vergonzosamente políticos y no médicos a la vista de todo el mundo, incluidas venganzas y castigos a comunidades con ideas no coincidentes con las del gobierno central.
Esos supuestos sabios y expertos se encargarán de convertir en culpables a la población por mala praxis, por habernos besado y tocado más de la cuenta o por haber estado un rato de más en la terraza de un bar a la escandalosa distancia social de 1 metro. Esos expertos que nos convertirán a las víctimas de gobiernos y laboratorios en vulgares herramientas humanas.
Los políticos y los comités de expertos y de sabios inexistentes se auto-absolverán y auto-exonerarán por no haber provisto a tiempo de EPIs, guantes ni mascarillas al personal sanitario ni a personal imprescindible ni fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, tampoco a la sociedad civil. Lo mismo que no pondrán ante los jueces a los políticos corruptos que organizaron compras de material fraudulento, insano e ilegal por parte de políticos asquerosa y sospechosamente cercanos a altos cargos del gobierno, y que no serán castigados ni puestos ante la justicia por tener una fiscalía general del estado corrupta y a los pies del gobierno.
Pero los IRRESPONSABLES y culpables de todo lo que suceda, seremos nosotros, nos culparán a nosotros por no hacer lo que nos dicen, es decir, una cosa hoy, y exactamente lo contrario mañana.
Un día nos decían que las mascarillas eran innecesarias, para así justificar su incapacidad para dotar ni siquiera a los estamentos y estratos médicos de ellas, y al día siguiente multándonos por no llevar esas mascarillas que el día anterior nos decían que eran innecesarias.
Pronto podríamos estar condenados a vacunarnos cada año con el condicionante de que si no estamos vacunados no podamos tener ni siquiera acceso a un centro sanitario ni hospital, y quién sabe si tampoco poder acceder a ningún edificio público o institucional.
Quién sabe si esto es un nuevo paso hacia el Gran Hermano Total, al control total de la sociedad. No cabe duda que este año 2020 ha podido servir de experimento sociológico a nivel global con miles de millones de cobayas humanas, y de control total sobre la sociedad.
Han sido capaces de clausurar las costumbres más arraigadas de nuestras culturas y sociedades a lo largo de todo el mundo, de cerrar nuestras ciudades con imágenes fantasmagóricas de ellas completamente vacías, como no seríamos capaces ni de imaginar hace sólo un año.
¿Qué hay de verdad y cuanto de mentira en esta crisis del covid-19?
¿Quién gana y quién pierde?
Como siempre dice la policía, hay que seguir al dinero, al que beneficia económicamente el crimen…y de momento, la mayor beneficiaria a nivel mundial y con mucha, mucha diferencia, es la industria farmacéutica.
Pero los gobiernos no se van con las manos vacías, ni mucho menos….
Mi querida Hispania 